Hasta la fecha una de las situaciones más satisfactorias y gratificantes de las vivencias de un entrenador, pensaba que era haber jugado con un compañero, haber sido su entrenador después y, con el paso de los años, tener el privilegio de poder entrenar a su hij@.

Ayer en Horta se dio una circunstancia aún más maravillosa. Leire del Pre Mini jugaba su habitual partido, y su entrenador no podía ayudarlas por temas laborales. Luis  Fernández debía ayudar a las jugadoras en el partido, y como siempre, ahí estaba para lo que se le precisa.

Una de esas jugadoras era su nieta. Solo ellos serían capaces de explicarnos sus emociones, pero es digno de mención, tanto para significar la longeva vida deportiva de Luis (gracias Sra. Fernández), como para valorar el crecimiento emocional y deportivo de Leire. 

Las experiencias que nos transmiten con sumo cariño y exigencia adecuada los adultos, y más cuando el amor fraternal está por en medio, tienen un valor incalculable.

#transmitirlapasión.

#incalculablevalor.